El títere, una herramienta para el educador

 Los valiosos resultados obtenidos en los “Talleres de creación a través de los títeres”, ofrecido especialmente a jóvenes en riesgo social y/o en etapas de reinserción social, nos llevaron a buscar una explicación a la excelente recepción y al notorio cambio en la personalidad de niños y jóvenes participantes. ¿Qué les sucede a niños, jóvenes o adultos que al presentarse en público con sus títeres, muestran un cambio tan profundo, rápido y notorio en su personalidad? ¿Por qué cambian tan drásticamente sus hábitos de conducta? ¿Qué pasa en el entorno de estos aprendices, que a partir del dominio de un títere, la opinión que terceros tienen de ellos cambia tan radicalmente, y muchas veces se convierten en líderes, puntos de referencias o ejemplos a seguir entre sus pares? Para quiénes dictamos este tipo de cursos, los drásticos y positivos cambios de personalidad que observamos en los alumnos, nos han llamado siempre poderosamente la atención y buscamos explicaciones lógicas y coherentes a estas situaciones, -ajenas al amor e interés personal que podamos tener por este milenario arte-. La investigación a lo largo de los años nos ha permitido explicar con certeza lo que a veces nos parecía en principio, casi un milagro. De acuerdo a evaluaciones y mediciones efectuadas en talleres destinados a jóvenes y niños realizados por los Payasíteres en distintas ciudades de Latinoamérica, los cambios y motivaciones que se producen en quiénes participan de estas experiencias con títeres son: 1.- Generan interés, rompen la apatía Los aprendices generalmente se muestran muy motivados con la propuesta, especialmente los niños que manifiestan severos problemas conductuales, familiares y de concentración en las clases tradicionales. 2.- Incentivan la creatividad Los niños y jóvenes aplican activamente la creatividad y la fantasía, construyendo muñecos, inventando la personalidad de los personajes y creando los cuentos e historias en que participarán con los títeres como protagonistas. 3.- Desarrollan la personalidad Maduran su personalidad, potencializando y contribuyendo al desarrollo individual de cada uno. Aprenden a tomar sus propias decisiones en cada conflicto que se les presenta, ya sea para la construcción, creación o montaje. 4.- Lugar de pertenencia Se identifican con su trabajo y especialmente encuentran un lugar de pertenencia dentro del grupo de titiriteros. 5.- Expresan, exteriorizan sentimientos y se liberan de frustraciones Liberan sus sentimientos y frustraciones, manifestando sus propias historias a través de los títeres. Algunas veces inventan historias con fuerte presencia de violencia, drogas, sexo y alcohol. Lo importante de estas historias, son las soluciones que ellos mismos proponen para resolver el problema. 6.- Sociabilizando Logran relaciones no violentas, sin burlas, sobrenombres, desprecios e insultos. Aprenden a respetar al compañero, esperar su turno en el trabajo y escuchar al otro. Aprenden a comunicarse y organizarse, a desarrollar vínculos de amistad y dependencia entre ellos. 7.- Elevando la autoestima Elevan notoriamente su autoestima. Es impresionante ver como les cambia hasta el aspecto físico luego de enfrentarse con el público, lograr comunicarse con ellos y sentirse capaces de entretener y divertir a los asistentes. Por primera vez sienten que el público se ríe con ellos, y no de ellos como ocurre cotidianamente, especialmente en los programas de televisión, donde el marginal, casi siempre, es motivo de risas y burlas. 8.- Armonizan su vida interior con el entorno Aprenden a demostrar la afectividad, exteriorizando sus sentimientos para retribuir el cariño y respeto con que fueron tratados. Estas manifestaciones a veces son muy poco frecuentes cuando los niños o jóvenes participantes de los talleres provienen de familias desestructuradas y de relaciones anormales. (Muchos de estos alumnos habían sido víctimas de violencia física, sicológica y/o sexual) En el Taller convivieron de manera natural con modelos sanos de comportamiento difíciles de encontrar en el entorno en que generalmente se desenvolvían (respeto a sus semejantes y al sexo contrario, igualdad de géneros, relaciones afectivas armónicas, no discriminatorias, conversación franca, abierta y con seriedad de los problemas que a ellos los afectan y son de su interés, capacidad para escuchar todas las opiniones, resolución de los conflictos conversando en armonía, etc. etc. etc.) Existen otras experiencias profesionales que avalan estas conclusiones a través de mediciones científicas de lo que se denomina "Arte-terapia". Concepto bastante cercano a lo que nosotros conocemos como “Títereterapia”. Estos estudios nos ayudaron a entender y comprender los cambios producidos en nuestros alumnos. A lo largo de la historia, los artistas se han expresado a través de sus obras, comunicando sentimientos, emociones y vivencias. Las alegrías, angustias, pasiones, penas, melancolías, rabias, envidias y todo tipo de sentimientos humanos son expresados en la obra artística. Cada vez que estos sentimientos son traspasados a la obra, el autor siente un relajo, una especie de exorcismo personal e íntimo que lo libera de sus sentimientos. Pero el arte no es sólo una catarsis creativa, sino que directamente ayuda a la recuperación de enfermos físicos y sicológicos. Se han realizado exitosas experiencias con niños autistas, enfermos de cáncer, personas depresivas o esquizofrénicas. La mayoría han reaccionado satisfactoriamente a los estímulos creativos, mejorando no tan sólo su calidad de vida, sino que muchas veces mejorando el pronóstico de su enfermedad. Mediante el Arte-terapia, se ha logrado transformar el miedo y el dolor en paz, tranquilidad y seguridad, mejorando el estado anímico y produciendo un estado positivo para enfrentar la vida. “Estudios médicos señalan que cuando hacemos u observamos arte, vemos imágenes que activan las neuronas. Estas estimulan el hipotálamo y el sistema nervioso autónomo que produce relajación en todo el cuerpo. Se equilibra el ritmo cardíaco, el flujo sanguíneo, la respiración y las hormonas. Las imágenes hacen que el cerebro libere endorfinas que producen placer y otros neurotransmisores que estimulan el sistema inmunológico y alivian el dolor, generando un estado de bienestar corporal” Dr. Michael Samuels ("Creatividad curativa". Especialista norteamericano)